Ramiro Lorenzo
La interacción de los usuarios en los contenidos de Internet esta aumentando constantemente, no solo en cantidad, sino también en calidad. Las redes sociales y las interactividad de la mayoría de las páginas aumenta con el correr del tiempo, pero esto denota un rediseño de los servidores domésticos, los navegadores y la capacidad de almacenamiento de los sitios, entre otros factores.
Esta nueva concepción de Internet favorece a la democratización de la información, debido a que acrecenta la cantidad de puntos de vista, permite mayor participación de los internautas y agiganta la cantidad de contenidos disponibles. Como contracara, este crecimiento del espectro informativo confunde a la hora de buscar cualquier tipo de información, posibilita el anonimato de los productores, enmaraña el acceso a las fuentes acreditadas y facilita el posteo de informaciones falsas y malintencionadas.
Páginas como Wikipedia, están a la vanguardia de este concepto y se agrupan en la familia Wiki. Este tipo de sitios permiten editar sus contenidos por diversos voluntarios a la vez, ya sea creando, modificando o borrando. Más allá de la libertad que existe a la hora de publicar, existen controles para evitar el vandalismo, como también sanciones como el bloqueo temporal de cualquier edición desde el IP o la página implicada.
En el caso de las redes sociales (SRS), otro de los bastiones de la Web 2.0, la interacción es más multimedia que nunca. Las SRS permiten intercambiar mails, imágenes, videos, personalizar un espacio, pertenecer a foros de discusión, interactuar online por medio de juegos y varias funciones más.
En Argentina este medio no es común a todos, debido a que no todos los servidores permiten subir archivos a una velocidad medianamente aceptable, no es lo mismo subir a 14Kb que hacerlo a 300Kb, hasta que esto no se expanda en su totalidad el concepto de internauta activo no va a alcanzar a toda la ciber comunidad del país.
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